Ray Anderson: la sustentabilidad en la rutina

Por Luciano Martins Costa

La mesa redonda “Liderazgo Global para la Sustentabilidad”, que trajo a Ray Anderson, fundador de InterfaceFlor, empresa canadiense fabricante de alfombras, fue una gran oportunidad para el debate en torno a un caso real de empresa que eligió estratégicamente la gestión sostenible. En el cierre, uno de los entrevistadores, Simon Zadek, presidente de AccountAbility, observó que gran parte del público saldría decidida a buscar otro empleo.

Según Anderson, seguir el camino de la sustentabilidad es como escalar una montaña: el trayecto es arduo y empinado, exige preparo físico y mental; la subida es dolorosa, pero fascinante, porque a medida que se camina, se amplían las perspectivas y horizontes. Pero no se trató el tema sólo con metáforas. El empresario que cambió el concepto de todo un sector industrial, y trata de inspirar a ejecutivos por todo el mundo, explicó cómo su experiencia señala  algunas directrices para la gestión sostenible

En primer lugar, destacó, se trata de un proceso de cambios de largo plazo, que exigen el desarrollo de una visión estratégica, que debe ser firme lo suficiente para mantenerse por mucho tiempo, guiando las decisiones. Finalmente, es necesario establecer un diálogo intenso, permanente y consistente con todos los públicos de interés. En el caso de InterfaceFlor, observó, el proceso interno cobró credibilidad externa, por medio de noticias en la prensa; y ese aval externo reforzó el proceso interno, creando un círculo virtuoso.

El diálogo que se siguió a su presentación ayuda a derribar algunos mitos cultivados en muchas empresas. Uno de ellos: el ADN de la innovación está en las gerencias intermediarias y en el cuerpo técnico de la empresa. Según Anderson, los cambios en  InterfaceFlor empezaron en el medio obrero, con la creación de un programa para reducción de la basura. Los trabajadores pasaron a recibir compensación financiera por los resultados y un equipo de multiplicadores empezó a trabajar para cambiar la cultura. “Las mejores ideas vienen de los obreros. Ellos siempre saben la mejor manera de hacer las cosas”, observó.

Otro mito que se deshizo: el liderazgo trasciende la realidad de los negocios. “No basta tener cualidades de liderazgo. Lo principal es tener una visión para seguir en la dirección correcta, identificar y asegurar que esa visión esté correcta ante todo, pues muchos líderes inician un proceso y conducen la empresa en la dirección equivocada”, afirmó. De otro lado, subrayó algo importante en la experiencia de su empresa: el desarrollo de un lenguaje y un vocabulario comunes. “Eso ha facilitado la comunicación vertical y horizontalmente”.

Ray Anderson también ha desmentido la tesis de que la innovación para la sustentabilidad supone grandes cambios estructurales. “La estructura jerárquica de InterfaceFlor es tradicional, pero hay mucha libertad en el flujo de informaciones. El grupo de multiplicadores creado en el inicio del proceso sigue recogiendo y divulgando las ideas y estimulando los debates internos sobre los pasos siguientes”, añadió.

La misma figura del presidente de InterfaceFlor induce a la percepción de que los líderes no son necesariamente súper- héroes. Anderson se parece más bien el arquetipo del ciudadano común, no lo que se espera de un gurú. No presenta grandes habilidades de retórica y tampoco se puede afirmar que su presencia emana carisma. Parece un hombre común, cuya hazaña parece ser un acto sencillo del cotidiano.

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