Un ejercicio de sutilezas

Por Luciano Martins Costa

El físico hindú Amit Goswami, profesor de física cuántica de la Universidad de Oregon, en los Estados Unidos, conocido por su libro O Universo Autoconsciente, fue el centro del debate en la mesa redonda “Cohesión Social y Sustentabilidad”, en la Conferencia Internacional Ethos 2008. Su tesis sobre la irrealidad del Universo sin la presencia de una conciencia ya ha inspirado películas como las de la serie Matrix y viene provocando tempestades cerebrales en el ambiente de los gestores y formuladores de estrategias de negocio y de políticas públicas. La mesa redonda estuvo formada de Carlos Lopes, subsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y de Allen White, cofundador de la Global Reporting Initiative (GRI) y ofreció un privilegiado momento a los participantes de la Conferencia.

La asertiva propuesta por el mediador del evento, Paulo Itacarambi, vicepresidente ejecutivo de Ethos, de que no puede haber una sociedad cohesiva, en la cual las personas se sientan incluidas, cuando hay degradación de valores como honestidad, confianza, solidaridad y amor a la vida, fue inicialmente conformada por Carlos Lopes.  Cuatro aspectos configuran el tejido social: la formación de redes humanas, el ejercicio del poder y los paradigmas éticos y morales.

Según Lopes, las redes siempre acompañaron la evolución del ser humano, inicialmente como forma de defensa para la supervivencia del grupo, evolucionando posteriormente a la pertenencia, concerniente a la coerción moral. “Actualmente”, dijo Lopes, “se vive eminentemente la identidad individualista, sin coerción o exclusión moral y eso es posible porque ahora podemos escoger las redes a las cuales preferimos pertenecer”.

Destacó, respecto al ejercicio del poder, que el poder por la fuerza ha evolucionado al poder jerarquizado, que se manifiesta por criterios variados. “Actualmente nos sometemos a formas asimétricas de poder que conviven con las antiguas estructuras jerárquicas”, observó.

En este contexto, ocurre una tensión permanente entre el ejercicio de la ciudadanía, con derechos y deberes en el ámbito de la sociedad, y la condición de consumidor, que se caracteriza por el derecho de elecciones en términos de bienestar y expresión de poder, explicó Lopes. Respecto a la cuestión ética, según el subsecretario de la ONU, el cambio se da porque tanto la ética, como la moral están en constante evolución, conforme la capacidad de la sociedad de mantenerse cohesiva. “Los comportamientos competitivos ponen la ética en tela de juicio”, añadió. Actualmente se valora más el culto a la celebridad que a la sabiduría, dijo.

Amit Goswami llevó al debate a profundidades de la filosofía que se fundamenta en la física teórica al enunciar que la conciencia del individuo es el aspecto primario de la cohesión social. “Nuestra sociedad está en gran peligro en esos tiempos, porque los individuos se convirtieron en objetos”, observó. “Las personas persiguen el  sentido en el mundo material y no hay espacio para el sentido en la materia”, añadió. “En la materia sólo existe realidad y es la conciencia que le da sentido”, completó. Goswami explicó que no se puede entender la física cuántica sin conciencia. Para la física, objetos son posibilidades. Por ende, la transformación de individuos en objetos significa su permanencia como posibilidades. “Pertenecemos a una sociedad, cuando perseguimos el mismo sentido”, dijo. No se puede resolver la ruptura de la cohesión social si los individuos no se comprometen en la búsqueda de sentidos comunes a todos.

Goswami, además, contestó el abordaje darwinista de la evolución, observando que la teoría de Charles Darwin no explica cómo la conciencia humana evoluciona de criterios simples de representación de la realidad para formas más complejas, o “cómo creamos formas cada vez más complejas para mejor representar lo sutil, el sentido de la realidad”. La evolución del ser humano hoy día se da en miniprocesos de evolución de la mente, añadió. Sostuvo que no hay remedio para problemas como el calentamiento global porque el daño se hizo en la realidad material. “La mente racional no puede resolver el problema. Necesitamos una nueva etapa de evolución, y hay señales de que ya está ocurriendo”, observó. Añadió que la ética debe presentarse como una nueva ciencia.

Allen White, cofundador de GRI, trató de insertar el debate en el ambiente del mercado. “Precisamos rehacer nuestras definiciones sobre qué significa la cohesión social, desde el microuniverso al global”, afirmó. Entre esos nuevos sentidos, destacó la necesidad de que el mercado aprenda a valorar el capital social y el capital de valores. “Cohesión social es construir sociedades integradas, marcadas por la solidaridad y el amor”, dijo.

Sin esa nueva significación, la cohesión social puede desmoronar por cualquier razón, a su juicio. Observó que “últimamente vemos la destrucción de la cohesión social en Sudáfrica y, a la vez, la demostración de cohesión social en China, ante la tragedia del terremoto”. La defensa del medio ambiente puede producir cohesión social más allá de las religiones, valores morales y cultura, pero la cuestión es que el mercado afecta la cohesión social porque no ve las sutilezas: “Los mercados son estructuras de trueque de recursos conforme la oferta y la demanda”, opinó.

“El problema es que el mercado es fundamentalmente incapaz de valorar lo que no tiene precio. Integridad, amor y respeto no tienen precio”, añadió. “Cuanto más usted consume amor, más produce amor, tal como el respeto produce respeto”, en una lógica antagónica a la del mercado. Encerró con una perspectiva optimista: “Muchas empresas están dando pasos para redefinir sus negocios en todo el mundo y eso puede ayudar a redefinir el capital para proveer calidad de vida y equidad”.

En el debate que tuvo lugar enseguida, los tres participantes focalizaron el concepto de que el mercado, tal como existe, no contribuye a la cohesión social. Paulo Itacarambi sintetizó las intervenciones planteando una contradicción del propio movimiento por la sustentabilidad: “Estamos estimulando las empresas a que se hagan socialmente responsables para que sus clientes las aprecien. Pero, ¿no será que ese trabajo fortalece una visión materialista? Cuando buscamos integrar los impactos sociales, ambientales y económicos, ¿no estamos sólo pensando en el valor material?”

Carlos Lopes ponderó que el espíritu emprendedor del ser humano encuentra en la empresa una de las formas más desarrolladas de expresión. Es preciso cambiar la naturaleza de las organizaciones para enriquecer la forma como hacemos escojas: “Tomamos decisiones de forma fragmentada e individualizada”. Amit Goswami cerró el debate observando que la mayor parte de la economía está oculta bajo valores invisibles . “Podemos incluir lo sutil en los valores económicos, representar en los negocios el capital social que todos tienen, porque gran parte de la población humana está excluida del proceso de elaboración de significados”.

Al responder la cuestión sobre si el movimiento por la responsabilidad social no estaría ofreciendo una salida para el capitalismo, Allen White observó que las personas compran productos para obtener otra cosa – lo que Amit Goswami llama  “significados invisibles” – como calor, comunicación, movilidad, confort, que son, de hecho, los productos finales. Respecto a la especulación en los mercados de capitales y la falta de equidad en la distribución de los resultados de la actividad económica, White encerró la discusión: “Las personas deben decir simplemente no a ciertas prácticas”.

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