Los privilegios y desafíos brasileños en la cuestión energética


La matriz energética brasileña es privilegiada en relación a otros países, pero es preciso desarrollar todavía tecnología y educar a los consumidores, entre los cuales las empresas y el gobierno, para un consumo más conciente de energía. Esas han sido las conclusiones del panel “Gestión Sostenible de la Producción y del Consumo de Energía”, en la Conferencia Internacional Ethos 2008.

Según David Zylbersztajn, director de DZ Negócios com Energia, en cualquier situación, la energía, ya sea limpia o renovable, representa degradación al medio ambiente. En realidad, sostuvo que “no existe una energía 100% limpia”. La ventaja de Brasil es la posibilidad de utilizar alternativas renovables, como la biomasa, sol y viento, para producir energía de calidad, dijo Zylbersztajn.

Uno de los problemas que enfrenta el País es la centralización de producción de energía eléctrica, principalmente considerando la extensión territorial y la demografía, con concentración en las regiones Sureste y costera. “No tiene sentido producir energía en la región Norte para que la consuma la región Sureste”, afirmó Zylbersztajn.

Lo ideal es que la producción se haga en forma descentralizada, opinó el profesor Marco Antonio Saidel, del Departamento de Ingeniería de Energía y Automación Eléctrica de la Escola Politécnica de la USP. “Para lograrlo, es preciso resolver trabas burocráticas para que se pueda, por ejemplo, instalar duchas calientes por energía solar. Por supuesto, algunos perderán con la descentralización, porque, si eso llega a ocurrir, las hidroeléctricas o termoeléctricas tendrán una demanda menor”, observó. Otro obstáculo a la expansión de una producción descentralizada, como el uso de calentadores solares del agua, es la actual legislación brasileña. “Será necesaria una ley que reglamente el uso y la ocupación del suelo, porque, al instalar en las viviendas el calentador solar, si se construye un edificio al lado, que obstruya la luz del sol, habrá problemas”, explicó Saidel.

El estadounidense Titus Brenninkmeijer, fundador de Solgenix – Solar Power to the People, también considera que la mejor salida es descentralizar. Observó que, especialmente en el caso de zonas rurales, es mucho más barato, a largo plazo, instalar la energía solar que la eléctrica.

Sin embargo, simplemente cambiar las fuentes o formas de producir energía no es suficiente, según Saidel. “Hacer la transición para fuentes renovables requiere un cambio institucional y gerencial, tanto para los gobiernos, como para las empresas. Eso supone, además, evaluar el uso de esa energía”. Considera que es necesario invertir y ampliar las investigaciones en el área de tecnología para aumentar la producción de energía eléctrica, sin causar más impactos al medio ambiente.

 

Fuente: Instituto Ethos

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